En septiembre de 1998 cinco cubanos fueron arrestados en Miami por agentes del FBI. Su trabajo en los Estados Unidos era monitorear las actividades de grupos responsables de actividades terroristas en Cuba. Durante 17 meses fueron encerrados en celdas de castigo antes de ser juzgados.
Fueron acusados de espionaje. El juicio duró seis meses, el más largo de los Estados Unidos hasta entonces. Más de 119 volúmenes de testimonios y 20.000 páginas fueron de testimonio compiladas. Muchos de ellos declarando que no existían evidencias de espionaje.
Al final los cinco fueron condenados en total a penas que suman cuatro cadenas perpetuas más 77 años.
Sus nombres y penas: Gerardo Hernández Nordelo (dos cadenas perpetuas más 15 años); Ramón Labañino (una cadena perpetua más 18 años): Antonio Guerrero Rodríguez (una cadena perpetua más 10 años); Fernando Gonzalez Llort (19 años); René González (15 años).
La apelación a esta sentencia ha durado ocho años. Luego, hubieron toda clase de vicisitudes: sentencias anuladas, presos re-sentenciados, declaraciones de nulidad por falta de garantías etc…
El domingo pasado un grupo de personas nos unimos en una misa para orar a Dios por ellos. En nuestras manos está algo tan esencial como la Justicia. Y ésta la hemos vendido a la plata, el poder o la política. En la eucaristía rezamos por la libertad de todos los injustamente presos en todos los países del mundo.
La apelación a esta sentencia ha durado ocho años. Luego, hubieron toda clase de vicisitudes: sentencias anuladas, presos re-sentenciados, declaraciones de nulidad por falta de garantías etc…
El domingo pasado un grupo de personas nos unimos en una misa para orar a Dios por ellos. En nuestras manos está algo tan esencial como la Justicia. Y ésta la hemos vendido a la plata, el poder o la política. En la eucaristía rezamos por la libertad de todos los injustamente presos en todos los países del mundo.
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