La OEA celebra
en Asunción su 44 Asamblea General Extraordinaria. Casi 500 políticos de toda
América se van a dar cita en el Paraguay. Habrá muchos discursos y, luego, se
irán. ¿Qué quedará de todo esto?
En plena guerra fría y para prevenir que los países latinoamericanos
se salieran de su “patio trasero”, Estados
Unidos fundó la OEA.
Eran tiempos de tensión entre los dos bloques.
Después de 1959 Cuba fue expulsada de la OEA y comenzó el
bloqueo de esta nación, que sigue hasta hoy.
Aquella fue una época de las dictaduras que se adueñaron del
poder en la casi totalidad de A.L. y la OEA no tuvo dificultad de apoyarlas.
Me recuerda la OEA al Sindicato Vertical, único que en la dictadura de Franco estaba permitido, en
donde se mezclaban patronos y obreros. Siempre los obreros se llevaron la peor parte.
En la OEA el gran patrono del continente en poder
económico, político y militar, los EE.UU., ha
pretendido siempre imponer su voluntad con amenazas o favores.
Con la extensión de las democracias en A.L. este dominio conservador de la
OEA sigue vigente, aunque aminorado. En materia de los DD.HH. y en lo referente
a los Pueblos
indígenas, estos han conseguido varias
sentencias favorables a la posesión de sus tierras ancestrales, aunque todavía
solamente una de ellas ha sido cumplida por el Gobierno.
¿Qué nos trae ahora la OEA?
El tema de esta 44 Asamblea es el de la inclusión social. Tema
capital en nuestro país para disminuir el abismo que separa a unos pocos de la mayoría
empobrecida. No creo que sea tratado en profundidad. Y mucho me temo que sea
presentada la APP como solución a esta diferencia.
Al menos que nos sirva
estas 44 Asamblea General de la OEA, por contraste, para convencernos que
nuestro futuro pasa en toda Latinoamérica por el MERCOSUR, UNASUR
y la CELAC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario