El último viernes estuvimos reunidos en el Bañado Sur medio centenar de personas debatiendo sobre el chespi (nombre vulgar del crack).
¿Qué hemos logrado hasta ahora?. ¿Qué no conseguimos?. Nos alegramos tanto de habernos reunido que ya estamos citados para el viernes 18 de julio.
Quienes participamos fuimos bien claros en cuatro puntos.
Los consumidores, son verdaderos enfermos y los hemos de tratar como tales. En bastantes ocasiones no podremos conseguir que dejen la droga, pero sí que tomen con asistencia médica otra menos mala que el crack.
¿Qué hemos logrado hasta ahora?. ¿Qué no conseguimos?. Nos alegramos tanto de habernos reunido que ya estamos citados para el viernes 18 de julio.
Quienes participamos fuimos bien claros en cuatro puntos.
Los consumidores, son verdaderos enfermos y los hemos de tratar como tales. En bastantes ocasiones no podremos conseguir que dejen la droga, pero sí que tomen con asistencia médica otra menos mala que el crack.
Sobre el chespi se escucharon los términos más fuertes. Es pura basura. Un verdadero cáncer. Se vende ya a niños de 12 años. Crea desnutrición, destroza la cabeza y el estómago. Alucina. Y por un dos mil ya se consigue.
Los vendedores de drogas debieran ser hostigados continuamente por la policía y fiscales. Desgraciadamente la policía les cobra coimas y así tienen el campo libre. Nosotros denunciamos todo esto pero el solucionarlo depende de las autoridades.
Finalmente existe mucho miedo, tensión, toda la comunidad sufre robos para que los adictos compren el chespi. “Nos sentimos muy mal porque ya no existe seguridad. Si no pueden entrar por las puertas o ventanas, abren el techo y por allí entran a robar”.
El chespi es la droga que está matando a nuestros pobres y no nos resignamos ante esta realidad.
Los vendedores de drogas debieran ser hostigados continuamente por la policía y fiscales. Desgraciadamente la policía les cobra coimas y así tienen el campo libre. Nosotros denunciamos todo esto pero el solucionarlo depende de las autoridades.
Finalmente existe mucho miedo, tensión, toda la comunidad sufre robos para que los adictos compren el chespi. “Nos sentimos muy mal porque ya no existe seguridad. Si no pueden entrar por las puertas o ventanas, abren el techo y por allí entran a robar”.
El chespi es la droga que está matando a nuestros pobres y no nos resignamos ante esta realidad.
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