El mayor tesoro que tenemos es nuestra juventud. Por eso no escatimamos esfuerzos por ella. Frei Betto ha escrito un retrato interesante del joven brasileño. Quizás nos pueda ayudar a conocer mejor el nuestro.
El joven brasileño de hoy es conservador, individualista, distante de aquellos que, a mediados del siglo 20, querían cambiar el mundo. Ahora el joven se muestra más preocupado por tener un buen empleo que por motivaciones ideológicas; menos propenso a riesgos y más apegado a la familia. Y el principal factor de afirmación es su auto imagen.
Este joven no quiere arriesgarse; pero sí quiere experimentar. Ante la falta de motivación religiosa o ideología altruista, tiende a buscar en la bebida y en la droga el modificar su estado de consciencia. Sin eso no se siente suficientemente relajado, locuaz, divertido y osado.
El joven brasileño de hoy es conservador, individualista, distante de aquellos que, a mediados del siglo 20, querían cambiar el mundo. Ahora el joven se muestra más preocupado por tener un buen empleo que por motivaciones ideológicas; menos propenso a riesgos y más apegado a la familia. Y el principal factor de afirmación es su auto imagen.
Este joven no quiere arriesgarse; pero sí quiere experimentar. Ante la falta de motivación religiosa o ideología altruista, tiende a buscar en la bebida y en la droga el modificar su estado de consciencia. Sin eso no se siente suficientemente relajado, locuaz, divertido y osado.
El 42% de los niños brasileños con edades entre 10 y 12 años ya consumieron alguna bebida alcohólica, y que el 10% de los jóvenes de entre 12 y 17 años pueden ser clasificados como dependientes del alcohol.
El Código Publicitario advierte que los comerciales de cervezas no deben ser atractivos para el público joven. Pero esto no se cumple. Los espacios publicitarios emanan jovialidad, buen humor, espíritu de tribu, lenguaje propio de jóvenes, sin que haya ningún control.
¿Es este el retrato de nuestra juventud?.
El Código Publicitario advierte que los comerciales de cervezas no deben ser atractivos para el público joven. Pero esto no se cumple. Los espacios publicitarios emanan jovialidad, buen humor, espíritu de tribu, lenguaje propio de jóvenes, sin que haya ningún control.
¿Es este el retrato de nuestra juventud?.
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