En mi opinión mucho, aunque no todo lo que hubiésemos querido.
Ayer celebramos que se abrió una puerta que estuvo cerrada sesenta años. Y cuando la abrimos, nos mostró no una realidad ya hecha, sino un proceso.
Qué sea un proceso no todos lo entienden. Pero la puerta sigue abierta. Ya es mucho. La salud es gratuita. Necesita plata y por eso se sigue insistiendo en el IRP. Ya es bastante. Por primera vez se ha dicho que el plan de Educación era un fracaso. Se han atacado los casos de corrupción. Ya es bastante. Y en cuanto a la policía antes nadie se había atrevido a mover este avispero. Y ha saltado toda su pudrición. Ya es bastante. Hemos logrado que Brasil reconociera algunos de nuestros derechos. Y ya es bastante.
Por supuesto que aspiramos a mucho más, sin olvidar que es un proceso. Y para quererlo con más fuerza nos juntamos ayer en la Plaza.
Ayer celebramos que se abrió una puerta que estuvo cerrada sesenta años. Y cuando la abrimos, nos mostró no una realidad ya hecha, sino un proceso.
Qué sea un proceso no todos lo entienden. Pero la puerta sigue abierta. Ya es mucho. La salud es gratuita. Necesita plata y por eso se sigue insistiendo en el IRP. Ya es bastante. Por primera vez se ha dicho que el plan de Educación era un fracaso. Se han atacado los casos de corrupción. Ya es bastante. Y en cuanto a la policía antes nadie se había atrevido a mover este avispero. Y ha saltado toda su pudrición. Ya es bastante. Hemos logrado que Brasil reconociera algunos de nuestros derechos. Y ya es bastante.
Por supuesto que aspiramos a mucho más, sin olvidar que es un proceso. Y para quererlo con más fuerza nos juntamos ayer en la Plaza.
Nos queda ahora el camino más largo del proceso de Cambio. Hay que hacer la Reforma Agraria. Hay que crear fuentes de trabajo digno. Hay que barrer del todo la corrupción generalizada. Y todo esto en un plan nacional de 20 años de Paraguay.
Y, sobre todo, nos queda lo más difícil: que oficialismo y oposición con patriotismo nos uniéramos en un proyecto de futuro. Esto si que es difícil. Pareciera que ya no amásemos al Paraguay.
Y, sobre todo, nos queda lo más difícil: que oficialismo y oposición con patriotismo nos uniéramos en un proyecto de futuro. Esto si que es difícil. Pareciera que ya no amásemos al Paraguay.
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