La reciente cumbre de Cochabamba ha hecho más viva la responsabilidad que como seres humanos en el planeta Tierra tenemos con la madre naturaleza, Y sobresale esta idea: “La Naturaleza no necesita para seguir viva del ser humano, pero este necesita para poder vivir de la naturaleza”.
Es muy interesante la distinción entre Derechos Ambientales y los Derechos Ecológicos. Los primeros se refieren al hombre y la mujer en su relación con la Naturaleza. Los seres humanos tienen derechos a respirar aire puro, a tener tierra para cultivar y a alimentarse sanamente de lo que produce el campo. Los derechos ecológicos son un paso adelante y tienen como protagonista a la propia Naturaleza. Cuidan que no se destroce la biodiversidad, se conserven ecosistemas con especies nativas, impiden que convierta en cenizas la tierra cultivada por el uso de los agrotóxicos. Y exigen la reparación de estos males.
Es muy interesante la distinción entre Derechos Ambientales y los Derechos Ecológicos. Los primeros se refieren al hombre y la mujer en su relación con la Naturaleza. Los seres humanos tienen derechos a respirar aire puro, a tener tierra para cultivar y a alimentarse sanamente de lo que produce el campo. Los derechos ecológicos son un paso adelante y tienen como protagonista a la propia Naturaleza. Cuidan que no se destroce la biodiversidad, se conserven ecosistemas con especies nativas, impiden que convierta en cenizas la tierra cultivada por el uso de los agrotóxicos. Y exigen la reparación de estos males.
El economista ecuatoriano Alberto Acosta saca con valentía las últimas consecuencias: “Al tiempo que condenamos las prácticas depredadoras forjadas en el capitalismo, debemos condenar por igual y superar las diversas formas de extractivismo que consolidan la sumisión de nuestros países en el mercado mundial como productores y exportadores de materias primas. Esta realidad seguirá sumiendo en la miseria a los pueblos y agravando los problemas ambientales y ecológicos”.
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