martes, 27 de abril de 2010

JUAN ZAMBRANA VALIENTE


Perteneció a las personas que pasan desapercibidas. Su mismo trabajo se sintetiza en muchos kilómetros de barrido, centenares o miles de visitas atendidas en una portería, el cuidado de la casa donde vivía. Eso sí, le quisieron mucho las familias pobres a las que visitaba en sus enfermedades. No pensó nunca que él iba a cambiar el mundo. Pero en su sonrisa y sencillez muchos descubrieron que había algo nuevo. Sabía amar mucho a los que encontraba.

Fue de ese tipo de gente que suelen decirme “Yo creo que no sirvo para nada” y cuando caigo en la cuenta de lo que llevan por delante las admiro en silencio y me gustaría ser como ellas.


Juan Zambrana llegó al Paraguay el año 1959. Se fue al cielo desde el Paraguay el 21 de abril del 2.010 a los 86 años. Su vida transcurrió como Hermano Coadjutor dentro de la Compañía de Jesús.

Escribo esto para los que nos podemos creer que somos alguien porque nos alaban o pueden tener alguna importancia política, religiosa, económica o social. El poder, la fama o la plata distorsionan la lente con que nos vemos. Y podemos creernos superiores. Con esta mala visión hacemos muchas tonterías y cosas más graves. Porque existen muchos, millones de seres humanos sencillos, que están empobrecidos en muchos aspectos. Y, egoístamente, los solemos olvidar. Juan Zambrana Valiente vivió al lado de ellos.

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