Es una contradicción que
estamos viendo esos días. Y digo “vemos” porque se trata de colores.
El Intendente ha
insistido mucho en aquello de que Asunción es la capital verde. Y tiene razón
desde un avión. La copa de los árboles tapa lo que hay debajo y desde el
cielo el verde es un color
predominante.
Pero, ya en las calles
hay otros detalles que llaman la atención.
Desde hace quince días
las pintadas coloradas que con letras grandes llenan las paredes. Nombres
desconocidos de aspirantes al poder municipal. Nombres de personas que no
inspiran confianza y otros que sí la inspiran. Todos, del mismo partido, aspirando a ser
intendente, concejales o presidentes de seccionales de la ANR en internas
con miras a las municipales.
Dos curiosidades. Los
letreros con pintura colorada más grandes y abundantes llevan el nombre del
intendente de la “capital verde”, que aspira al rekutu.
Y todos estos letreros se
han adelantado a la fecha permitida por el TSJE para llenar las paredes de la
capital del Paraguay con propaganda política.
¿Por qué esta prisa? ¿Por
qué impunemente se permiten?
La impunidad viene por la
falta de alternancia. Sesenta años seguidos ganando elecciones, con pequeños
intervalos, parece que dan derechos no legales de impunidad.
La repetición de un
nombre se debe, tal vez, al miedo de que uniéndose la oposición de izquierda
con los sectores progresistas tengan mayoría, dado el malestar existente del
gobierno.
Todo esto molesta a
muchos ciudadanos.
Porque es una
contaminación visual, que además avasalla por su profusión.
Porque es un acto de
prepotencia al no estar todavía permitido. No dan un ejemplo de respeto a la
ley.
En los barrios
carenciados, como los bañados, porque estos letreros grandes están acompañados
ya de regalos de escombros, bolsas con medicinas o promesas incumplibles. Pre avisos de la
futura compra de votos.
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