miércoles, 23 de abril de 2014

LA INFLUENCIA DEL RESUCITADO




¿De dónde sacan Uds. fuerzas para no cansarse en esta lucha por un Paraguay mejor?
Una pregunta que no se cansan de hacerla a quienes en este asunto de Marina Kue, del paro general del 26 y en la lucha por cada injusticia que vemos, estamos grupos de cristianos metidos, junto a otros muchos que no lo son.
Y la respuesta es doble.
Una,  común a creyentes o no, es el mirar los  ojos de los que sufren y enternecernos las entrañas como seres humanos.
La  otra, la fe en un Dios manifestado en la resurrección de Jesús. Hablemos, hoy, de esto último.
Ciertamente Jesús murió crucificado y en el más absoluto fracaso. Muchos de sus seguidores creyeron que todo había terminado. Y Jesús quedó muerto y enterrado.
 Pero, a los tres días, les llegó un cita rara. Las mujeres decían que van a encontrarse en Galilea. Algunos pensaron que era una cosa de las mujeres y de su deseo de celebrar lo que nosotros llamamos el novenario.
Y en el entretanto ocurrió lo nunca pensado. Uno a uno, poco  a poco y, luego, en grupo por fe cayeron en la cuenta que a Jesús Dios lo había resucitado de la muerte y que la Buena Noticia del Reino de Dios,  cobraba una dimensión universal y se lanzaron alegres por todo el Imperio Romano a extenderla. Al acabar el primer siglo esparcidos en pequeñas comunidades eran alrededor de veinte mil los cristianos. Pronto esta cifra se multiplicaba.
Para nosotros los cristianos del siglo XXI la resurrección de Jesús nos enseña que Dios es invencible porque venció a la muerte. Por eso es alegría y fuerza y consuelo y horizonte de vida. Como diría un gran cristiano, Pablo de Tarso, “Todo lo puedo en el Dios de Jesús que me da fuerzas”. 
Y la Justicia es la causa de Jesús en el Paraguay. Por eso nos comprometemos con ella.

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