miércoles, 11 de febrero de 2015

NO HAGAMOS MÁS FLUIDO AL SISTEMA




No es que el sistema neoliberal ande bien de salud, pero sigue adelante imponiendo su visión de la vida.
Este estado de cosas, dentro de lo complicado que es este mundo moderno multipolar con desafíos de todo tipo, hace crecer la esperanza de que algún día, temprano o más bien tarde, desgraciadamente, el sistema mundial será otro.
No podemos destruirlo todavía, aunque esté tocado de   muerte, pero cuidado con darle  nueva fluidez.
En otras palabras, cuidado en pensar que lo estamos frenando, cuando, en realidad, puede ser que  le estemos dando vida.
En concreto y en el Paraguay,  existe la supervivencia de una matriz hegemónica neoliberal, muy marcada por los 35 años de dictadura, a la que sin darnos cuenta podemos estar  apoyando.
¿Cómo  podemos engañarnos tanto?
Esto tiene una respuesta difícil. Habría que darla en grupos, ayudándonos a encontrarla.
Hoy y ahora, solamente señalo  algunas pistas.
Por ejemplo el uso del poder, teóricamente, al servicio del Paraguay, pero en la práctica para enriquecerse el politiquero. Por supuesto que lo consigue, pero más sale ganando el sistema del que este personaje es su práctico servidor aliado.
Lo mismo sucede con la insistencia del partido dominante en que no haya alternancia de partidos. Esto significa que no hay alternancia al  sistema al que pertenece ese partido.
El sistema actual neoliberal, también, se sostiene por una especie de contrato social con la clase de millonarios. Con un gobierno como el que tenemos al servicio de sojeros, ganaderos, empresarios y multinacionales, el sistema duerme tranquilo.
Pero, no solamente  sostiene al sistema capitalista y prolongan su vida los que tienen el poder, los politiqueros y millonarios. Los pobres también, hacen más fluido al sistema cuando  venden sus votos, cuando aceptan lo que les dicen los diarios del sistema, o cuando aceptan ser consumidores por unos simples championes.

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