martes, 13 de julio de 2010

EN MANOS DE USUREROS

Una persona me contó su caso. Y ciertamente sentí pena por ella porque estaba atrapada.

Tenía un coche de un valor de 25 millones. Se puso enferma y como no contaba con plata para la operación tuvo que recurrir a un usurero para un préstamo de cinco millones. Días después perdió el empleo. Al usurero le tenía que para recobrar el coche 9 millones al contado. Y cada mes que tardara en pagárselos tenía que darle un millón seiscientos mil para garaje, cuidado y guarda del coche empeñado.

Ya lleva cuatro meses pagándoselos (montan casi cinco millones) y si hoy quisiera recobrar el vehiculo le tendría que pagar siempre los 9 millones estipulados. Pero sigue sin trabajo.

Escuché esto y me compadecí. Estaba irremediablemente atrapada. Y, al mismo tiempo, recordé la deuda externa de nuestros países del Sur.
Hace años muchos gobiernos latinoamericanos (era la época de las dictaduras generalizadas) pidieron a los EE.UU y a corporaciones internacionales grandes sumas de millones de dólares. Unos fueron a los presupuestos de la naciones. Otros fueron a los bolsillos de los dictadores.

Han pasado décadas y se siguen pagando grandes sumas de intereses. Pocos países pudieron devolver lo prestado. Si algún día lo pueden hacer tendrán que pagar la misma cantidad prestada. Para algunos los intereses pagados ya casi igualan esta suma. También en esto muchos países empobrecidos, estamos irremediablemente atrapados.

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