Es un típico caso de injusticia laboral. En los que al
obrero le toca sufrir y al empleador ponerse duro. Y donde la Justicia
desaparece. Este es el Paraguay que visitó el Papa Francisco.
Se trata del conflicto en la Línea 49 metropolitana.
Hace quince días que los choferes de la Línea 49 que
va de Limpio a Villa Elisa descubrieron que la empresa en ocasiones la plata
que descuenta del salario para IPS se quedaba con ella.
Un obrero envió al IPS a un pariente cercano y
se enteró que su aporte no llegaba al IPS. Esa persona murió por falta de
cuidados.
Entonces decidieron formar un sindicato. El empresario
de la Línea 49 echó de su trabajo a 51 choferes. Ante este hecho 10 choferes se
crucificaron clavándoles en las manos a un madero un enorme clavo de esos que
venden en las ferreterías. Después se unieron las señoras de dos de ellos. Dos
madres crucificadas, una con una hija de 11 años y otra con tres niños
pequeños. Días después se cosieron clavos en la boca otros tres choferes.
Todo esto significa, además del dolor, el que 51 familias no
tengan ingresos y viven de una olla popular. He estado con ellos.
¿Quién es este empresario que se gloría de ser duro y
haber destruido varios sindicados?
Pues es un diputado nacional, presunto
representante del Pueblo.
Escribo esto para los millones de personas que
fuimos fervorosamente a estar con el Papa. Recordemos sus palabras: “Si no
tenés un corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu Pueblo, tu fe es muy
débil, está enferma, está muerta”.
Pido a los compatriotas ayuda. Visítenlos. Están en
ruta de Luque a Limpio (Mora Kue) colonia Juan de Salazar. Frente a la terminal
de la Línea 49. Divulguen este hecho. Ayuden con víveres para las
familias. Teléfono 0982 701 244.
Lamentable la situación de estos conciudadanos trabajadores, quien los proteje de estos abusos?
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