Un poco duro es el título, pero quienes hemos
escuchado las declaraciones de vecinos de los barrios donde han acudido
inundados buscando unos metros donde poder vivir entre unas maderas
terciadas y grupos de vecinos los han rechazado con ideas y palabras
duras, nos ha hervido la sangre.
Ciertamente quienes han llegado con sus pobres enseres
huyendo del agua del río y de los frecuentes aluviones que les vienen de
Asunción, ciertamente van a causar algunas molestias. Las plazas se van a
llenar de niños y personas empobrecidas. Van a poner música
con volumen alto. El pasto, tal vez, se estropee un poco.
Pero, estos vecinos de calles y plazas de clase
media o más alta no saben lo que es ser pobres. No tienen ni idea de los
sufrimientos de los inundados y muchos de ellos jamás han pisado un
Bañado.
“Una valoración real de los pobres
exige estar dispuestos aprender de ellos” Francisco en el León Condou.
Por eso su rechazo de ellos, las palabras
despreciativas tachándolos de vagos y, además, el acudir a jueces,
fiscales o policías para que los echen sin más, muestran un grado grande
de inhumanidad.
Pero, peor es todavía la actitud del Intendente patrocinador
de una ordenanza por la que está prohibido que los inundados busquen unos
metros de tierra seca en calles y plazas. Ha prohibido que ningún camión de la
Municipalidad los traslade y que se les den para vivir madera terciadas, chapas
y víveres.
También logró hacer intervenir a la policía y
que los fiscales hagan un sumario a los desobedientes.
Vecinos inhumanos, intendente inhumano.
En el fondo energía desperdiciada. Porque si nos
uniéramos todos, juntos, podríamos haber resuelto ya como hermanos la
pobreza de los Bañados de Asunción.
Y nacería el nuevo Paraguay en el que tanto soñamos.
Yo creo en esto y sigo comprometido, con los bañadenses en lograrlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario