Y ha aumentado su sufrimiento porque el gobierno
Cartes carece de sentido social.
Razón para hacer esos “líos” de que nos habló el
papa Francisco.
En el BAÑADO, una mañana al despertarse y poner los
pies en la tierra la familia nota que la inundación llegó silenciosamente
de noche a su pobre casa. Y hay que sacar sus pocos enseres
para marchar a los campamentos.
Los camiones del ejército, SEN y Comueda tardan horas.
Y los enseres: colchón, cama, ropa, se mojan. Y no tiene mucha ropa seca
para cambiarse. Y todo eso lo sufren los niños pequeños que son los que más
abundan.
Y la espera del camión es larga. Y cuando viene a
cargarlo. Un grupo de jóvenes bañadenses, sobre todo chicas son las que ayudan.
Están agrupadas en la coordinadora que en el Bañado Sur se reúnen a
las 18 horas para pensar el plan.
Abundan entre los inundados las madres solteras. Los
jóvenes voluntarios, pocos pero heroícos, realizan todo el trabajo. Ni los
choferes de los camiones de la municipalidad ni mucho menos lo soldados de los
camiones militares ayudan. “No nos pagaron para eso”. Asisten mirando.
En el viaje se mojan y estropean más.
Al llegar al campamento, calle o plaza, si no
fuera por los jóvenes voluntarios, sobre todos chicas, que ayudan a bajar
del camión, todo no hubiera sido posible.
¿Qué que venga COMUEDA o la SEN hoy o mañana.
“Tenemos mucho trabajo”, dicen. Tal vez, pero los únicos que vemos trabajando
les espera?
Poco o nada. Tiene unos metros de tierra, trajeron
algunos palos, pero les faltan terciadas y chapas. Y otra espera, en
ocasiones bajo la lluvia, aguardando son los dos chicas que les ayudaron con
algún muchacho en ocasiones, todos voluntarios que son los únicos
que les han ayudado desde que el agua los inundó.
Ahora Samaniego los desaloja.
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