Difícil pregunta porque tiene muchas
cosas de qué hablar. Pero sobre todo creo que la principal es esta, que elijo
como tema.
El papa Francisco, en su visita, nos
deja a nosotros con una conciencia más despierta en intensidad y en extensión.
El entusiasmo que ha despertado en
algunos ha sido puramente emocional, pero en otros muchos, creyentes o no, ha
profundizado hasta la conciencia que la ha hecho más despierta.
Si unimos a esto el contenido de lo
que ha dicho en las tres naciones visitadas y estas ideas fueron comprendidas,
el papa Francisco ha dejado a ciudadanos paraguayos, muchísimos, con una gran
capacidad de compromiso hacia un Paraguay mejor. También con un rechazo nos
están llevando hacia en un endeudamiento creciente dentro de un neoliberalismo
como único horizonte. Digo más, Francisco nos ha hecho comprender mejor lo
desgraciado de nuestro “aguante” ante las diarias y crecientes injusticias que
soportamos y la corrupción que nos está destrozando.
Un hombre o mujer paraguayos después
de esta visita, no importa su edad o clase social, si profundiza en ella es un
ciudadano hambriento de seguir adelante en lo descubierto. Pero con una
condición: que pronto con otros profundice en lo vivido. Insisto en esto porque
el consumismo es tan fuerte que puede fácilmente hacer olvidar el tesoro
aprendido.
Y de aquí nace un desafío muy
grande.
Para los cristianos es necesario que
la Iglesia Católica como institución no sea traidora a lo que el Papa nos ha
mostrado. Y obispos con laicos, sacerdotes y religiosas, tienen como primer
deber en todas sus actuaciones religiosas el de profundizar y ayudarnos a
asimilar lo que el Papa nos dijo.
Para los no creyentes y creyentes,
“tocados” por las palabras de Francisco, es necesario que nos reunamos para
acordar compromisos que contribuyan eficazmente a dar más fuerza a hacer pronto
realidad el Paraguay que queremos.
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