Es un peligro que nos amenaza el
domingo 15 y para el que tenemos que estar preparados.
A la ANR le conviene
que todo siga igual, porque un fracaso en las municipales sería expresión
irrefutable de lo que se dice en público: estamos ya hartos de este partido y
de su Gobierno.
Hace unos días Cartes recibió en
Mburuvicha Roga a sus correligionarios. Se habla de que toma la marcha de esta
campaña y…aporta.
¿Cuantos miles de millones de guaraníes
están ya gastados para una publicidad agobiante de los candidatos
colorados y cuantos están ya preparados para comprar todos los votos posibles?
Detrás de todo esto hay decisiones graves.
El presidente Cartes no parece ser el
Presidente de todos los paraguayos y “de facto” se restringe a su
partido. Y, por supuesto, está a favor de los empresarios, ganaderos, sojeros.
No de todos, pues a este nivel se mueve como poder
económico que avasalla a la competencia que le hace sombra. El Paraguay ha
quedado dividido. Gran parte de la ANR se alinea como fuerza sostenedora del
“jefe”. Los “otros” tendremos que sufrir las consecuencias.
Si la compra de votos es masiva, ya no
seremos una democracia sino una plutocracia. Los votos no representarán la
voluntad del Pueblo soberano sino al que invirtió más plata que
nadie.
Aquí surgen preguntas graves.
¿Somos conscientes de este peligro? (Pienso
que no) ¿Qué estamos haciendo para impedirlo? (Nada, con la excusa de que
es cultural).
Si el 15, al llegar las 10 de la mañana
la compra masiva ha sido una realidad, ¿qué hacemos?
No vamos a votar (Votarán en las mesas
por nosotros como si hubiéramos ido) ¿Votamos en blanco?
(Se los repartirán también impunemente).
¿Nos manifestamos por miles? (La
represión va a ser fuerte). ¿Nos resignamos? (Se consolida la dictadura
económica partidaria).
¿Qué hacemos?
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