No estamos al final de un período histórico en el que , después de un
largo camino, advertimos que no malogremos todo lo hecho, teniendo
entonces miedo.
Estamos precisamente al comienzo de una nueva
época. Cuando, dando los primeros pasos, tenemos que decidir la
dirección que hemos de tomar hacia el deseado nuevo Paraguay, guiados por la brújula de nuestra propia conciencia.
Y, en estos momentos, noto que podemos sentir un cierto miedo camuflado por diversas razones.
Miedo a no poder estar presente en el día lejano de la victoria final.
Y esa posibilidad nos puede quitar fuerzas. En realidad nos toca a
nosotros tomar la que creemos ser la dirección correcta y comenzar a
caminar. El construir el nuevo Paraguay es como una carrera de relevo.
Solamente, pero en nombre de todos, el último es el que llegará con la
antorcha a la meta final.
Miedo porque tenemos al comenzar que
aligerarnos de costumbres y cultura, queridos y hechos nuestros por
muchos años pero que pueden ser un peso inútil .
Miedo porque en
muchísimas ocasiones muchas personas y acontecimientos negativos nos
querrán convencer de que lo sensato es que nos quedemos en el molde y no
nos arriesguemos demasiado. Es el miedo al peligro que es muy difícil
de espantar.
Miedo de que no servimos, porque fallamos demasiado.
Fallar en cosas concretas no es lo peor, sino el miedo de creernos por
ello de que somos inútiles y no vamos poder seguir adelante.
Miedo
del poder económico y político reinante que pronto descubrirá que somos
peligrosos para el y, por eso, nos hará la vida imposible, nos reprimirá
e , inclusive, querrá hacernos desaparecer.
Es grande y emocionante
el momento presente de ir comenzando el camino. Per, seamos sinceros:
el miedo puede salirnos al camino. Solamente venciéndolo podremos valer
para esta gran causa: la del nuevo Paraguay dentro de un Mundo nuevo.
lunes, 27 de enero de 2014
SUPERAR EL MIEDO
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