Cuando estamos avanzamos en el año y renovamos los deseos del nuevo
Paraguay, deseo dialogar un poco sobre algunos peligros en su
construcción.
Uno, y no pequeño, es el de sucumbir pronto ante los
que se oponen a esta novedad. Y con burlas, leyes, mentiras en los MCS,
represiones y miedos inculcados, hacen todo lo posible para impedir el Cambio. La constancia, nacida del convencimiento, no es a veces nuestra mayor virtud.
Otro, y este es mayor peligro, es el de no construir la casa,
estructura organizativa del nuevo Paraguay, como aconsejaba Jesús
sobre una roca sino sobre arenas movedizas.
Por ejemplo: Hemos visto
mover multitudes con ideas que nos entusiasmaron pero, luego,
descubrimos que todo eso no estaba fundamentado. Aquel aspirante a
intendente, senador, diputado o presidente, solamente quería votos para
ser elegido. De ahí vienen tantas promesas falsas. Con ellas el
Pueblo se siente burlado y
cae en la indiferencia política.
Otro
peligro es que los que están moviendo al Pueblo se crean los únicos
poseedores de la verdad y van creando a su paso divisiones y más
divisiones. “Donde hay dos paraguayos hay dos movimientos políticos”. Y
alguien con muy mala intención, pero con cierta experiencia, añadía
“Y, si son de izquierda, hay tres”.
Como todavía quedan caudillos
disfrazados, otro peligro es querer construir el nuevo Paraguay de
arriba para abajo. Así ese caudillo siempre conserva el poder. Abajo
significa desde los empobrecidos, los descartables según el sistema, los
que más hambre y sed de justicia tienen, porque son los que lo pasan
peor.
Finalmente, la construcción del nuevo Paraguay exige mucha
Esperanza porque es largo el camino a recorrer. Personalmente me llena
de Esperanza mi fe en el Dios que me mostró Jesús y el ver los ojos
sufrientes de mis hermanos todos. Cada uno tiene que descubrir la roca
que sustente su Esperanza
jueves, 30 de enero de 2014
NO SE CONSTRUYE EL NUEVO PARAGUAY A LA LIGERA
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