martes, 1 de septiembre de 2015

¿QUÉ NOS IMPIDE REACCIONAR?




 A nivel del plagueo pienso que estamos llegando a metas muy altas. Y su manifestación numérica es la cantidad de personas que no aceptan la actitud del Gobierno en los tres poderes.
Sin embargo, no pasamos del plagueo. Después de él no pasa nada. ¿Por qué?
Dice que es por el típico “aguante” de un Pueblo frustrado, que no ve la puerta abierta para actuar.
“Es el  miedo, heredado de 35 años de dictadura”. Quizás. Pero recuerdo que precisamente el Marzo Paraguayo brotó al grito de “Dictadura  nunca más”. El recuerdo de lo que fuera la causa del miedo (la dictadura) nos mantuvo en  la Plaza hasta que  Cubas y Lino huyeron.
Otros dicen que la pasividad tiene su origen en la ignorancia política actual en la que todo se mezcla y nos confunde. Vemos como normal que el mayor partido político fuera alquilado por una persona que lo maneja a su arbitrio con su poder económico.
A  lo anterior se une la corrupción impune y generalizada. Pareciera que nos damos por vencidos.  No tenemos líderes “limpios”. El sostenimiento económico de muchos se apoya en “participar corrompiéndose”.  Los mismos líderes antiguos hacen mediante la compra de votos el rekutu y la institución encargada de velar por las  elecciones democráticas “calla y otorga”.
El  mismo nivel de lucha ha bajado. La fiscalía se encarga de  desinflarlo con sus imputaciones. La pobreza creciente es una bomba en la línea de flotación de muchas familias. No hay humor para aventuras libertarias cuando todo el esfuerzo se va en buscar  el pan de cada día,   encontrar la medicina que falta o para mejorar la educación de los hijos, que ya es mala de verdad.
No digo que esté todo perdido, ni mucho menos.
Pero, sí que estamos a la espera de que otros con más fuerza reaccionen.
Cuando nosotros unidos somos los que tenemos que reaccionar.

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