Cuando el Papa Francisco visita Cuba y los
EE.UU., con todo respeto escribo estas líneas a mis hermanos
en la fe. El tema es el Papa Francisco
en Paraguay. Después de haberlo invitado
con tanta esperanza y estado con él con tanto sentimiento de alegría y afecto ¿quedó solamente el influjo de todo esto ha quedado en un
sentimiento noble y valiosísimo o ha
cambiado en mucho o en poco nuestras vidas? Sobre todo, teniendo en cuenta la
riqueza encerradas en sus palabras y en su actitud ante todos los que lo
rodeamos.
Repito
lo que otras veces he dicho. Su venida fue una bendición de Dios. Por sus
palabras y, sobre todo, por su actitud cristiana. Y en este sentido todos hemos
sido bendecidos por Dios.
Pero,
todavía me queda una duda.
¿No
sería provechoso que entre todos los
católicos en unas jornadas a lo largo y ancho del Paraguay reflexionáramos
sobre algunos puntos esenciales tratados por el Papa Francisco, con los cuales
los obispos del Paraguay formaran un buen
plan de pastoral en el que tuviéramos un horizonte de trabajo para ponerlo en
práctica, que sería evaluado en su realización cuando se cumpliera un año de la
visita del Papa Francisco en julio del 2016?
Con
capítulos teóricos y de práctica sobre aspectos tan esenciales como los pobres
y la pobreza, la juventud, la clase política que tenemos, influencia del
neoliberalismo en el Paraguay, el testimonio sacerdotal y religioso, los
bañadenses, la Fe de nuestro pueblo etc…
La
Conferencia Episcopal Paraguaya nos haría un gran servicio como Pueblo creyente, en estos momentos
difíciles en que estamos.
Acabo
con una palabras de Francisco “Es admirable el tesón y el espíritu de
superación del Pueblo paraguayo para rehacerse ante tanta adversidad y seguir
esforzándose por construir una Nación
próspera y en Paz” (Ante las autoridades en el Palacio de López).
Que mi reconocimiento (de un nadie) subraye las palabras del Papa Francisco y la propuesta de Pai Oliva
ResponderEliminarQue así sea.