Ha comenzado lo que tantas veces amenazaron: enrejar la plaza Uruguaya para que los indígenas no se queden en ella y la conviertan en su habitat. Y como estos indígenas que la pueblan no quieren irse, vendrá la fuerza de represión y los echarán a la calle o lo montarán camiones para dejarlos tirados en cualquier lado. Y, a los pocos meses aparecerán d e nuevo en Asunción.¿Así se actúa en una democracia y con los seres humanos que son nuestros ancestros?.
Reconozco que este no es un problema de fácil solución. Y que hay que investigar qué hay de realidad y lo que es inducido por personas desaprensivas que los usan para su provecho. Y el primer paso sería investigar la verdad y comunicarla objetivamente a la ciudadanía.
El segundo paso sería estudiar aquel grupo o grupos humanos y ver qué es lo que necesitan para vivir según su teko.
Y el tercer paso, pasando de esta anécdota de la plaza Uruguaya al problema indígena en general, poner sobre el tapete del gobierno el problema de los aborígenes en nuestro Paraguay, su estado actual, las causas de su abandono y nuevos atropellos y crear una verdadera política indigenista que ciertamente no será nada fácil hacerla, pero que es urgente y necesaria.
El mundo indígena paraguayo necesita ser protagonista y parte d e una verdadera negociación sobre su futuro. Y por el olvido al que lo hemos condenado, su deterioro es cada día mayor.
Un ejemplo: el Chaco paraguayo es demográficamente indígena, sin embargo económicamente es de un centenar de personas nacionales y extranjeras, que nada quieren saber de ellos.
Por todo esto mi conciencia no se queda tranquila con enrejar la plaza Uruguaya y sacar de ellas a todos los indígenas dejándolos abandonados sin una verdadera política indigenista,. Nos queda hacer antes mucho que hacer.
¿Nos unimos para esto los que queremos un nuevo Paraguay?.
Reconozco que este no es un problema de fácil solución. Y que hay que investigar qué hay de realidad y lo que es inducido por personas desaprensivas que los usan para su provecho. Y el primer paso sería investigar la verdad y comunicarla objetivamente a la ciudadanía.
El segundo paso sería estudiar aquel grupo o grupos humanos y ver qué es lo que necesitan para vivir según su teko.
Y el tercer paso, pasando de esta anécdota de la plaza Uruguaya al problema indígena en general, poner sobre el tapete del gobierno el problema de los aborígenes en nuestro Paraguay, su estado actual, las causas de su abandono y nuevos atropellos y crear una verdadera política indigenista que ciertamente no será nada fácil hacerla, pero que es urgente y necesaria.
El mundo indígena paraguayo necesita ser protagonista y parte d e una verdadera negociación sobre su futuro. Y por el olvido al que lo hemos condenado, su deterioro es cada día mayor.
Un ejemplo: el Chaco paraguayo es demográficamente indígena, sin embargo económicamente es de un centenar de personas nacionales y extranjeras, que nada quieren saber de ellos.
Por todo esto mi conciencia no se queda tranquila con enrejar la plaza Uruguaya y sacar de ellas a todos los indígenas dejándolos abandonados sin una verdadera política indigenista,. Nos queda hacer antes mucho que hacer.
¿Nos unimos para esto los que queremos un nuevo Paraguay?.
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