En el año 2018 se cumplen los cincuenta años de la Segunda Reunión del Episcopado
de América Latina celebrada en Medellín (Colombia) en 1968.
Una primavera para la Iglesia Católica en el continente latinoamericano que ahora coincide con
la primavera de la Iglesia Católica en todo el mundo impulsada por el Papa
Francisco. El teólogo Víctor Codina S.J. resume todo esto con estas palabras:
“En América Latina hay que afirmar que,
desde Medellín (1968) se produce una recepción creativa del Concilio Vaticano
II a partir de la lectura de los signos de los tiempos, en un mundo marcado por
la pobreza y la injusticia. Fue una verdadera reforma de la Iglesia
latinoamericana desde la opción por los pobres: laicos comprometidos por la
justicia en la sociedad y en la Iglesia, comunidades eclesiales de base, obispos verdaderos Santos Padres de la Iglesia de los pobres, vida
religiosa inserta en medios pobres y populares, surgimiento de una reflexión
religiosa original, etc…”.
Esta primavera se vería, luego, frenada con Juan Pablo II y perseguida
con torturas y muertes por las dictaduras que hubo en todos los
países. Víctimas de estas fueron los obispos Romero y Angelleli, teólogos
como Ellacuría, decenas de sacerdotes seculares y religiosos y religiosas como
Luis Espinal en Bolivia, Alice Dumont (Argentina), Rutilio Grande (El Salvador)
y centenares de laicos, hombres y mujeres y niños, de todas las clases sociales, especialmente campesinos,
sindicalistas, indígenas y pobres del Pueblo.
La primavera de Medellín tuvo un gran costo humano de mártires.
Cuando faltan solamente tres años para este cincuenta aniversario, deseo hoy
recordar la fecha.
También indicar y sugerir capítulos de actividades y acciones para revitalizar esta
primavera.
Hay que reeditar los principales documentos
de Medellín y profundizar en ellos. Tienen que darse a conocer los testimonios
de quienes aún viven y fueron testigos.
Otro día seguimos.
El artículo de mañana se titula: “Soja
transgénica en Asunción”.
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