LA ESPAERANZA ESTA INVISIBLE

La esperanza es lo último que se pierde, y ciertamente estamos en un año en el que tenemos que cuidarla.

Históricamente la esperanza fue palpable el año 1989, cuando cayó el dictador.

Apareció con fuerza en el Marzo Paraguayo. Renació el 20 de abril del 2.008. Hoy se va haciendo invisible, pero sigue viva.

Esperanza es confianza de conseguir algo que todavía no se alcanzó, pero que se va a conseguir. Y, ¿qué es ese “algo”?.

Primero, es como “un barrido de la casa”.

Tener conciencia de que esa decepción que mata la esperanza, de la que se nos hablan como que fuera lo único que tenemos, la TV, radio y prensa, es la táctica de los que se hallan a gusto en el sistema actual para desanimar a la mayoría que los rechaza.

Segundo, ese algo tiene que ser como “una meta grande” que nos entusiasme. Pongo un ejemplo de actualidad. Si el poder en el Paraguay lo tiene el que posee la tierra y en el Paraguay existe una desigualdad tremenda, necesariamente la tierra tiene que llegar, con todos los adjuntos necesarios para hacerla producir más, a las manos de la mayoría campesina que no la tiene.

Tercero, siguiendo con el ejemplo d e la Reforma Agraria Integral creadora de esperanza, esta puede nacer desde arriba, gobierno, pero necesita que eche raíces abajo, donde vive el Pueblo.

También puede y debe ser deseada desde abajo, pero necesita toda la fuerza del apoyo de los tres poderes para ser realidad.

Cuarto, la esperanza ya está en los campesinos y en los que los apoyamos. ¿Qué necesita?. Que deseemos la Reforma Agraria Integral con tal fuerza que aflore y se convierta en punto de cita y unión en este año de espera, al que llaman electoral, solamente para que nos decepcionemos.

La esperanza está invisible, pero sigue viva y alguna vez va a estallar con alegría como ocurrió un día, como mañana un 3 de febrero.