VOLVER A GALILEA
En los ratos de
oración de cada día aprendo muchas cosas que suelo compartir con mis amigos.
Una de ellas tiene una gran aplicación en las circunstancias para muchos d
e nosotros en el día de hoy.
Nos robaron en un golpe el gobierno de Cambio
y el domingo legalmente en las urnas se completó. Y, puede
ser que alguno esté con desesperanza.
Hay una circunstancia
vivida en el Evangelio que de alguna
manera expresa este sentimiento.
Crucificaron a Jesús
y sus discípulos que lo abandonaron por miedo a los dirigentes judíos, ahora se
sienten solos y abandonados.
Como suele ocurrir, entonces
nos desanimamos, nos escondemos o nos reunimos con otros más íntimos
para quejarnos.
De toda esta
situación desesperanzadora, les saca adelante
una idea madre: “Vuelvan a Galilea”.
Lo cual significa: en
Galilea sigan haciendo lo que hacían con Jesús antes de la pasión. Y verdaderamente lo hicieron con tanta esperanza, fe y amor a
sus hermanos, que no solamente se superaron
sino que descubrieron a Jesús
resucitado y pronto Galilea se les hizo pequeña y se extendieron por todo el
mundo
Esta situación fue
infinitamente más grave que la que tenemos ahora de haber perdido el luchar
desde el poder para bien del Pueblo empobrecido.
Pero, como puede suceder que algunos estemos un tanto desesperanzados, es necesario
que salgamos de ese estado.
“Volver a Galilea” es
recobrar los mejores sueños políticos y sociales que tuvimos. Revivir la experiencia de que es
posible otro Paraguay donde quepamos
todos. Gozar la felicidad de organizarnos para ocupar los empobrecidos su lugar
de privilegio desde el cual puedan crecer.
Es cantar y reír y gritar y llorar de felicidad.
“Volver a Galilea”
es seguir caminando.
Ofrezco estas tres
palabras como una inspiración para comenzar una nueva etapa. Cuanto antes
lo hagamos, más avanzaremos. Y la victoria estará más cerca.
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