martes, 17 de marzo de 2015

¿DEBE EL CRISTIANO INTERVENIR EN POLÍTICA?




Distingamos entre la POLÍTICA con mayúsculas y la política de partido o movimiento.
La primera, con mayúscula, es el interés y la acción que todo ciudadano tiene que tener en trabajar por el bien común del Paraguay. Parte del artículo 1° de la  Constitución de que somos una  Democracia participativa, misión que se ejerce en las elecciones y cada día cuando tenemos ocasión de intervenir. Se resume en aquella frase “Nada que se refiera al Paraguay, me es ajeno”.
Esta política, que se ejerce de muy diversos modos en la sociedad es de todos y por lo tanto del cristiano también. Y añadiría, “especialmente”, pues somos herederos de la causa de Jesús “el Reino de Dios”, la voluntad de Dios de que todos vivamos una v ida de calidad en el tierra.
Viene luego la política de partidos o de movimientos. Son modos concretos de intervenir en el Paraguay desde el poder, de acuerdo a  la clase social a que pertenezco o a ideologías concretas que tengo y que pienso ser el mejor camino para servir a mi patria. Por supuesto esta segunda opción de vivir la política es libre el tenerla o no y cual de ella se elige.
¿Debe el cristiano militar en un partido o movimiento? Por supuesto. Con tal que  su ideología o estrategia no sean contrarios al pensamiento o moral que tenemos los seguidores de Jesús. Pero, siempre será  libre esta militancia. Aunque, ojalá fuéramos  muchos más los que la viviéramos.  El  mundo sería mejor. Está en nuestras manos.
Una crítica positiva. Hay demasiados creyentes que en este tema de la política poco o nada hacen. Porque se evaden en un espiritualismo que  poco tiene de cristiano. Porque de esto no tienen sino el nombre. Su vida está vacía de frutos.
El tema de mañana es “¿Precios cuidados en el Paraguay?”

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