Parte de unas
experiencias psiquiátricas en el Canadá en el año 1951, primero con
voluntarios y, al huir estos, con enfermos obligados.
Se trataba de aislarlos
de todo lo sensible de modo que se sintieran solos, desorientados, llenos
de miedo y en crisis. Y aprovechar esta ocasión crítica para trabajar en
ellos de modo que se lograra cambiar su psicología.
Todo ello era una
impresión tan fuerte que se creaban un antes y un después. Y en esta ruptura se
les presentaba ideas, planes, visión de vida, decisiones para que fueran
aceptadas.
Todo esto fue luego
multiplicado en la “Escuela
de las Américas” en los EE.UU. por donde pasaron miles de militares de policías
de América Latina para ser entrenados en métodos de tortura. Por supuesto,
varios centenares de paraguayos de la dictadura. Y sustentados por los Chicago’s Boys
de Dr. Friedeman.
Toda esta técnica
psiquiátrica ha sido empleada también en el campo político en Chile
de Pinochet y en el económico en varias naciones.
Todo esto lo puede leer
en el libro con ese nombre de Noemí Klein. Y de una manera más fácil en el
documental de esta autora “la doctrina del shock”, que lo puede encontrar en
Google.
El abogado Vicente Morales intentando ingresar al Hospital Militar a ver a sus defendidos. |
¿Por qué escribo todo
esto? Muy sencillo. El traslado forzado de los cinco presos de Marina Kue
presos que hacen la huelga de hambre al hospital militar, el aislarlos, el
infundirles miedo a punta metralleta o fusiles, el maltrato verbal, la
prohibición de visitas de todos los seres queridos y compañeros (últimamente se
redujo a media hora con muchas restricciones) me recuerdan mucho la
doctrina del shock, por supuesto “a la paraguaya”.
Quiero expresar la más
enérgica protesta de muchas personas al enterarnos de todo esto y acusamos
públicamente al Presidente de cualquier daño y sufrimiento que reciban esos
compañeros ya en sus 53 días de huelga de hambre de los militares de ese
hospital.
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