El lunes de Pascua fui
a Tacumbú a felicitarle las
Pascuas a Rubén Villalba
y a llevarle la comunión, como en otras ocasiones en esta
larga lucha le han hecho otros sacerdotes.
Estaba comiendo un
poco y me dí cuenta de lo delgado que está. Le falta toda la grasa que tenemos.
Está serio y golpeado por los 58 días de huelga de hambre y el que no
pueda tener la prisión domiciliaria como sus otros cuatro compañeros. Pero,
está animado y sus
ideales del Paraguay, que
todos queremos, bien fuertes.
Realmente nuestra
justicia es contradictoria.
La carátula de la
acusación contra los campesinos presos por Marina Kue es invasión a
inmueble, sin importarles
si eran tierras fiscales o no; asociación criminal para
delinquir, lo cual cae si eran tierras fiscales; homicidio doloso en grado
tentativo, aplicado a todos sin
determinar quién mató a quien.
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