La
han cantado los mejores músicos del Paraguay. Pero, también, la han usado
y abusado los intendentes y demás cargos “representativos”, que poco o nada
nos han representado. Desde el avión es ciudad verde por la cantidad de
árboles. En tierra está llena de baches, veredas rotas y sucias. Ahora les
ha dado a los negociantes por levantar edificios de más de 10 pisos
en barrios residenciales. Eso va contra las ordenanzas municipales, pero con
plata los constructores todo lo consiguen de la Municipalidad.
La Municipalidad se ha convertido en la mayor fuente
de trabajo ciudadana. Cosa importante no por lo que rindan a favor de la
ciudad capital, sino porque esos miles de empleados “politiqueros”
aseguran al intendente y a la mayoría correligionaria de la junta
el triunfo en cuanta votación hagan.
El Papa Francisco dijo en su visita a Bolivia “Digamos
NO a una economía de exclusión e inequidad, donde el dinero reina en
lugar de servir”. Esto sucede en Asunción.
Hay un negocio turbio del que no se atreven a
hablar sobre los Bañados de Asunción. Negocio que exige el desalojo de los
bañadenses. Y este plan está en marcha.
Vivimos en los Bañados porque estamos cerca de las
fuentes de trabajo en los centros de Asunción. Se nos condena a tener que ir a
Capiatá, Itaigua, Aregua, etc… con fuentes de trabajo limitado y a dos horas y
media en colectivos chatarras ida y otras vuelta hasta los mismos
trabajos que antes tenían.
Las dos inundaciones han mostrado la inhumanidad
del intendente que va a repetir si Dios no lo impide. Ha condenado a estar sin
los auxilios esenciales (baños, luz, agua chapas y maderas terciadas) a los
que desobedecieron su ordenanza.
La situación asuncena es mala para los pobres y no hay
esperanzas de que cambien por la falta de garantías electorales en noviembre.
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