Si nos tomamos en serio el panorama de las
elecciones municipales en
noviembre y dada la experiencia de elecciones anteriores, incrementadas con la
compra descarada de votos en las últimas
internas coloradas, sin ninguna condena efectiva del TSJE, llegamos a una
triste conclusión: se nos quiere dar en noviembre gato por liebre.
Se nos quiere hacer creer que en noviembre vaya a haber unas elecciones
democráticas, cuando en realidad lo que vamos a vivir son unas elecciones
plutocráticas.
En lugar del voto libre y soberano
conscientemente dado, va a decidir quienes vayan a ser intendentes y concejales
la plata que se gaste en comprar votos. Venga
de la fortuna personal
del Presidente o robada al presupuesto del Estado con perjuicio de las
necesidades esenciales del Pueblo.
En lo que he digo hay una mayoría del
Pueblo que lo afirma. Lo difícil va a ser cómo un Estado corrupto vaya a poder
dar garantías de incorruptibilidad.
Llegó la hora de que el Pueblo decida y prevea
si se puede frenar la compra de votos o con qué condiciones y juramentos se
puede disminuir por parte de los partidos que compran y compraron siempre votos.
Todo, menos entregarnos impunes a la mentira de llamar democrático lo que en absoluto no lo es.
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