El triunfo de los corruptos es tristeza para la
ciudadanía que rechaza la corrupción y que lucha por un Paraguay soberano en el
que todos quepamos y no solamente sojeros, ganaderos y sus servidores.
Y queremos seguir caminando, pero para eso tenemos que
luchar por unirnos.
Un caso concreto: una mayoría de ciudadanos de todos
los partidos no aguantamos más a un intendente que no sea de todos, olvidado de
los inundados y decidido a desalojar a todos los bañadenses. Otros cinco años
en el cargo nos haría mucho daño.
Ha llegado el momento de dialogar de verdad y
con ciertas condiciones.
Primera cosa: el diálogo es sobre algo
grande, bien necesario y fundamentado y en beneficio de Asunción:
un intendente para todos.
Segunda cosa: hay dos alternativas y se necesita para
elegir la cultura del dialogo que consta de varias condiciones.
Una, rechazar el que todos los que apoyan a la otra
opinión están equivocados. Nadie tiene toda la verdad y todos tienen parte de
ella.
Otra, ser sinceros cuando se defiende una causa
y no ocultar nada, ni la razón propia principal.
Otra, dejar irse cuestionando por la otra parte,
porque solamente así iremos acercando las posiciones.
Otra, el verdadero diálogo termina en algo nuevo en lo
que coincidimos y vamos a defender sin escusas juntos. En los otros temas
seguiremos pensando diferente.
Finalmente, todo esto está rodeado de los conflictos.
“El conflicto existe, hay que asumirlo y procurar resolverlo, hasta donde se
pueda, pero con miras a lograr una unidad que no es uniformidad en todo, sino
es “una unidad” en medio de la diversidad”.
De esta respuesta del Papa Francisco en el León
Condou a la segunda pregunta que se le hizo, he sacado estas ideas.
Las elecciones municipales, en lo referente a elegir
un intendente mejor es la ocasión de ejercitarnos en el diálogo que necesitamos.
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