En Paraguay creo que todavía no, por la tradición de pesebres que nos recuerda que en Navidad celebramos el Nacimiento de Jesús.
Sin embargo, ese señor gordinflón con muchas barbas, que vuela en trineo y que, con el calor húmedo que tenemos, va cargado de ropas de abrigo, ya nos está aburriendo.
El antiguo obispo san Nicolás que llevaba antiguamente regalos de parte del Niño Jesús a los niños pobres de su diócesis, por obra y gracia de la publicidad made in USA, se ha convertido en una figura de ciencia ficción entrando por las chimeneas para dejar los regalos.
En el fondo no es sino otro signo de la dominación del sistema económico de consumismo que soportamos, y que se aprovecha en este tiempo de una festividad religiosa.
Sin embargo, ese señor gordinflón con muchas barbas, que vuela en trineo y que, con el calor húmedo que tenemos, va cargado de ropas de abrigo, ya nos está aburriendo.
El antiguo obispo san Nicolás que llevaba antiguamente regalos de parte del Niño Jesús a los niños pobres de su diócesis, por obra y gracia de la publicidad made in USA, se ha convertido en una figura de ciencia ficción entrando por las chimeneas para dejar los regalos.
En el fondo no es sino otro signo de la dominación del sistema económico de consumismo que soportamos, y que se aprovecha en este tiempo de una festividad religiosa.
Pienso que va siendo hora de que nos sacudamos de esta figura, sin ninguna idea propia en estos tiempos que queremos la Segunda Independencia. Muñeco creado por la publicidad para que compremos y compremos y sigamos comprando compulsivamente en los supermercados y shopping, aunque lo que compremos no sea necesario, cuando en la vereda de en frente están los pobres sin horizonte hundidos en su miseria.
El único protagonista de la Navidad es Jesús, presencia de Dios entre nosotros y el primogénito en la Resurrección. Nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.
El único protagonista de la Navidad es Jesús, presencia de Dios entre nosotros y el primogénito en la Resurrección. Nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.
Rotundamente de acuerdo, amigo Oliva. En mi casa está vetado, así como otros adornos sobrevenidos. Hemos esperado durante las cuatro semanas del Adviento al Mesías prometido y ahora ya está aquí; se llama Dios-con-nosotros: el único que tiene poder para cambiar nuestras vidas.
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