El sueño de Jesús Nazaret fue hacer un cambio en las relaciones personales, en la familia, con las autoridades etc.. tanto en los materiales como en las religiosas.
Todo esto se resume en dos palabras “somos hermanos”,porque Dios es nuestro Padre común. Hacer todo esto se llama el Reino de Dios porque se contrapone al mismo tiempo a las relaciones que entonces se daban en el llamado Reino del Cesar del Imperio Romano.
Dejo para otra ocasión el choque de los dos Reinos el de Jesús y el del Cesar. Y lo que nadie esperaba sucedió. Prevaleció el Reino del Dios de Jesús al del Cesar Romano.
Todo esto se resume en dos palabras “somos hermanos”,porque Dios es nuestro Padre común. Hacer todo esto se llama el Reino de Dios porque se contrapone al mismo tiempo a las relaciones que entonces se daban en el llamado Reino del Cesar del Imperio Romano.
Dejo para otra ocasión el choque de los dos Reinos el de Jesús y el del Cesar. Y lo que nadie esperaba sucedió. Prevaleció el Reino del Dios de Jesús al del Cesar Romano.
Modernamente se enfrenta el mismo sueño de Jesús (Reino de Dios) con el reino del Mercado. Y la contradicción es grande : hermandad de todos versus lucro de unos selectos. Y es interesante que ya la había anunciado Jesús: “No se puede servir a Dios y al dinero”.
Creo que ha llegado la hora de que llenándonos del espíritu de los primeros cristianos, planteemos las diferencias y nos decidamos a luchar. Y en ocasiones pienso que va a ser duro, porque este reino del Mercado es aun más difícil que el reino del Cesar. En buena parte porque ha contaminado a muchos cristianos, no con el miedo de las legiones romanas sino con el atractivo del consumismo. El enemigo no está ya fuera, sino en el interior de muchos de nosotros.
Creo que ha llegado la hora de que llenándonos del espíritu de los primeros cristianos, planteemos las diferencias y nos decidamos a luchar. Y en ocasiones pienso que va a ser duro, porque este reino del Mercado es aun más difícil que el reino del Cesar. En buena parte porque ha contaminado a muchos cristianos, no con el miedo de las legiones romanas sino con el atractivo del consumismo. El enemigo no está ya fuera, sino en el interior de muchos de nosotros.
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