Escribo hoy para todos
los que, desde hace meses,
estamos luchando por una causa que ayer, 26 de marzo, tuvo su expresión.
Ante todo, respirar
profundamente y decirnos personal o grupalmente que hicimos lo que debíamos hacer y triunfamos. Y alegrarnos
por ello.
Inmediatamente
sentimos la necesidad de hablar con otros con la pregunta del día “Vamos a
comentar todo los detalles de ayer”. Y pasaremos horas reflexionando juntos.
Sería muy interesante que todo ello no lo comunicáramos mutuamente las redes o
grupos que estuvimos presentes para sacar despacio conclusiones.
Porque, hemos librado una batalla, no
una guerra completa, por el Paraguay que queremos. Por eso hemos de seguir
atentos
Ciertamente el poder ejecutivo en
persona tiene que negociar. Pero, ¿querrá darse
cuenta del mensaje que el Pueblo paraguayo le ha enviado públicamente y con fuerza
mayoritariamente?
Ciertamente tendremos
que seguir haciendo denuncias y hemos de ser valientes en hacerlas y
públicamente.
Y, por supuesto,
queremos felicitar a todos los que dieron de sí todo para que el 26 de marzo
significara un paso adelante. Seamos agradecidos.
Ayer no fue como una
guerra donde nos jugamos el todo,
sino una etapa de un largo camino que nos llevó hacia delante. Por eso nuestra
lema no era “vencer o morir” sino “vencer y vivir”, porque sabemos que nos
queda mucho por delante y que es duro y que costará mucho trabajo, pero tenemos la seguridad que un día
lo conseguiremos. La Esperanza siempre está acompañándonos.
Y para los cristianos
en esta Esperanza están la voluntad de Dios de un mundo en el que vivamos con felicidad todos,
no un puñado pequeño de personas.
¿Y ahora qué?
Ahora a seguir
caminando, con el triunfo ganado y procurando sacar todo el provecho posible de
lo que hicimos con nuestra presencia en la Huelga, Paro, Manifestaciones,
Cortes y Piquetes.
Siempre avanzando
metro a metro. Mañana será mejor que hoy. Pasado, mejor que mañana.
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