Estamos en el mes de marzo en el
que toda la ciudadanía tenemos una cita el día 26.
Es como un “párate” para expresar
públicamente lo que hemos reflexionado. Dos etapas que si se
realizan bien, puede significar un gran impulso para el Paraguay que
queremos.
Que todos tenemos nuestras dudas,
nuestras denuncias, nuestros anhelos, nuestros sueños y propuestas sobre
la situación paraguaya, no nos cabe duda.
Lo que hace falta es que
nos reunamos en los barrios, en las Iglesias, en los grupos
políticos y culturales, con otros amigos comparar nuestros
deseos y llegar a un acuerdo con ellos. Y estas resoluciones integrarlas en las
manifestaciones con pasacalles, letreros, canciones y consignas.
El 26 de marzo no tiene dueño, es
de todos y todos hemos de irlo preparando en grupos.
Luego, vendrá el día de la cita.
Algunos piensan comenzarlo ya el 24 y no ponerle límite. El 26 de marzo va a
ser un símbolo en el que vamos a expresar lo que no nos gusta en el
Paraguay actual y vamos a exigir su cambio.
Un 26 de marzo bien complejo en
el que todos tenemos que saber los actos que se van a tener para que cada uno,
en Asunción o donde vive, estemos presentes.
Días antes nos tienen que tener
informados de las presiones que hace el gobierno para desestabilizarlo. Hemos,
también antes, de expresar que nuestro Pueblo no es ni quiere ser violento
Recuerden que hace quince años en
el Marzo Paraguayo un 26 de marzo el Pueblo rechazó al que aparecía como
dictador porque “Dictadura nunca más” y el presidente débil que
apoyaba esta idea tuvo que dimitir.
El 26 de marzo va a ser un
día de fiesta, el Pueblo del Paraguay es alegre, y nos vamos a citar juntos y
unidos para expresar nuestros sueños de una Paraguay donde, en
igualdad, quepamos todos.
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