martes, 4 de marzo de 2014

REINO DE DIOS VS. CAPITALISMO DE MERCADO



Cuando hablo de las injusticias, corrupciones y robos que se cometen en el Paraguay  desde la Sociedad rica o pobre, me dicen que estoy dividiendo a la Patria, como si todos los que vivimos en ella fuéramos angelitos rosas profundamente hermanados y juntos.
Por favor, el Paraguay ya está profundamente dividido en dos partes.
A un lado estamos los que denunciamos y no queremos las injusticias, corrupciones y robos y al otro lado los que las aceptan, viven y fomentan porque en ellas están las causas de sus ganancias o placeres.
Todo esto con diversas intensidades y, sobre todo,  a diversos tiempos. Un ejemplo: Hay honrados padres de familias que en política son inmensos corruptos y viceversa.
De ello resulta que existen como dos visiones de la vida, dos sistemas de cómo vivirla, dos Utopía hacia donde caminar. Dos frentes opuestos que se van construyendo desde las familias, centros docentes, instituciones económicas, grupos políticos etc.
En clave cristiana es la lucha del Reino de Dios (voluntad de Dios de felicidad para todos, comenzando por los más débiles) y el llamado hoy capitalismo de mercado (la economía es endiosada  beneficia a los que tienen poder y hace descartables a la mayoría).
Como tantas veces al hablar del Reino de Dios, no excluyo a otros infinitos no creyentes con quienes somos compañeros de lucha pues ambos queremos la  misma Utopía.
Desde el Reino de Dios nos oponemos al capitalismo de Estado que crea y favorece  una sociedad económica, social y políticamente asentada   en la agresividad  y en la violencia donde sólo cuenta la ley del más fuerte y poderoso.
Desde el Reino de Dios  luchamos por una sociedad solidaria, fraterna, de mutuo servicio, con justicia para los más desfavorecidos.
Desde el Reino de Dios, podremos  crear una sociedad nueva, solamente, si los estímulos de lucro y poder son borrados de ella.

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