Una de las maneras de desacreditar a los que soñamos un nuevo Paraguay, es acusarnos de
violentos.
Basta mostrar la foto de un loco suelto, que siempre los hay, o
de un policía infiltrado
cometiendo desórdenes, para acusar a todos de violentos.
Por eso, de vez en cuando, conviene expresar la convicción de la mayoría que queremos luchar y obtener
resultados mediante una actitud, personal y colectiva, no violenta.
Mahatma Gandhi escribió
“Mientras no hayamos arrancado de raíz la violencia de la civilización, Cristo
no ha nacido todavía”.
Y la razón es que los que pretenden solucionar los problemas de la convivencia
arrasando al que considera enemigo, lo único que hacen es poner en marcha una reacción
en cadena de violencia que no tiene fin.
Es totalmente un engaño pensar que el mal, desde arriba o
desde abajo, se puede
detener con la violencia.
Y el respeto al ser humano, superior a todas las causas de
odios y peleas, nos exige
una convivencia y un diálogo cada mayor entre todos.
En el Paraguay de hoy queremos luchar y suprimir el abismo que existe
entre ricos y pobres y todos los males que eso lleva consigo. Este es el compromiso humano y
cristiano que hoy tenemos y
lo queremos conseguir
sin violencia.
Pero, el Gobierno ya habla de que va a haber violencia.
Seguramente está tan seguro de ello, porque pareciera que ya la tiene
preparada.
Y lo habla para meternos miedo y que no vayamos a esta
huelga que es legal o para
echarnos la culpa al Pueblo. Y decimos esto a tiempo, porque no nos van a
engañar. Desde ahora, pero especialmente el 24, 25, 26 el Pueblo va a estar
presente con firmeza pero sin violencia.
Lo repetimos para que no quieran engañarnos. El cristiano y los hombres y mujeres
de buena voluntad somos por convicción personas
no violentas.
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