Cuando pasen los años y sus hijos sean mayores, al recordar en
familia las manifestaciones y la huelga y el paro del 26, no faltará alguno de
sus hijos o nietos que le preguntarán “Y Uds, ¿con quienes estaban?”-
Y la respuesta que den,
les van a poner en dificultades.
Porque confío que, para dentro de 20 años, el Paraguay será muy
distinto al de hoy. Habrá desaparecido el abismo que separa a unos pocos ricos
de una mayoría pobre. Todos tendremos trabajo. Y ya nadie se tendrá que irse al
extranjero. Aquello será el Paraguay que hoy soñamos aunque siempre inacabado.
En esas circunstancias Uds. les contarán cómo estábamos hoy. Con
un salario que no daba para comer a la familia; con presos en huelga de hambre
que todos reconocen que son inocentes. Cuando se quería rematar al mejor postor
a la nación; con varios millones de empobrecidos; sin salud asegurada para
todos; con sojeros que fumigaban sin piedad.
Y sus hijos o nietos abrirán los ojos asombrados y con incredulidad.
Y vendrá la pregunta clave: “Y Uds. ¿con quienes estaban?”.
Algunos con orgullo y alegría hablarán largo.
“No reuníamos delante del Panteón. Había manifestaciones, cierres de
calles y rutas.”
Otros, se escaparán con excusas.
“El gobierno reprimía fuerte y teníamos miedo. Además nos podían
echar del trabajo. Era difícil…”
“Pero, papá (abuelo) así
no ayudabas a que el Paraguay fuera a lo que somos ahora. Yo hubiera luchado…”
Y comenzará
una discusión con muchas excusas y bastante vergüenza.
¿Ciencia ficción todo esto? Tal vez.
Pero, la realidad de ahora es que habiendo tantas razones para
expresar que somos paraguayos y paraguayas y que estamos en un momento
decisivo, todo el Pueblo no
lucha.
Unos intentamos dar todo por
el Paraguay soñado y otros se dividen o no hacen nada por ser egoístas.
El pueblo unido nunca será vencido.
Si uno mira a su entorno en las manifestaciones y se encuentra que no somos muchos, pues no estamos todos los que padecemos las carencias de salud, trabajo, educación, vivienda y transportes públicos dignos, créditos para emprendimientos.... No podemos soslayar la pregunta: ¿vale la pena luchar por los apáticos, los conformistas, los fanáticos, los que sufren igual que nosotros pero nos critican y condenan?
ResponderEliminarSÍ, VALE LA PENA, pues estamos sembrando la semilla del cambio verdadero en el Paraguay, ya que las CAUSAS POR LAS QUE LUCHAMOS son JUSTAS, URGENTES Y NECESARIAS.
Bendita utopía que nos lleva a soñar con un mundo posible, pero que algunos se empeñan en torpedear. Mucha suerte para el pueblo uruguayo.
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