El intendente Samaniego, apoyado por Cartes, ha pedido a la Junta Municipal el
cambio en la Ordenanza 113/2003 para
que pueda vender terrenos de los Bañados u otros, ocupados o no, que sea propiedad privada de la Municipalidad.
Los Bañadenses hemos protestado con fuerza ante esta posibilidad
de desalojo.
¿Qué hay detrás de el?
Una pregunta que nos lleva al fondo del modo de actuar de este
Gobierno.
Repito algo que escribí hace días. La lucha generalizada actual
es entre un proyecto de vida y un proyecto de lucro. El de vida en manos del
Pueblo. El proyecto de lucro en manos del 2% que domina a toda la población del
Paraguay.
El proyecto de lucro
ya había descubierto que en los 16 kilómetros de zona ribereña de Asunción se
puede hacer un inmenso negocio inmobiliario si desaloja a todos los que viven
allí. Y esta es la explicación de la ausencia primera, de la discriminación a
favor de la seccional, de no ayudar para disminuir los sufrimientos, de romper
la organización natural que los sostiene. El proyecto de lucro quiere que
se cansen todos y acepten el desalojo lejos.
Y en esta batalla
estamos ahora.
Este proyecto no es de
extrañar en un estilo de gobierno dirigido por Cartes, un empresario exitoso
pero dudoso, que gobierna para él y otros empresarios nacionales o extranjeros
y se olvida del Pueblo. Propiamente más que olvidarlo lo discrimina y procura
que se hunda para que no le moleste
en los negociados.
Víctimas de ello son
los indígenas ahora más olvidados
que nunca. También los
campesinos, sacrificados
ante los intereses de los sojeros y ganaderos.
Ahora le ha tocado a
los pobladores empobrecidos de las ciudades. Y en Asunción a los bañadenses,
que tienen en su contra el ocupar un terreno en el que Cartes, Samaniego y
demás empresarios, podrían obtener un gran negocio inmobiliario
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