Es el nombre
que se da a sí mismo Butan, pequeño país de 800.000
habitantes en pleno Himalaya, al que la ONU considera pionero en la felicidad.
Su rey es
célebre por haber ideado el concepto
de "Felicidad Nacional Bruta", que descansa en la conservación de las
costumbres locales, el cuidado del
medio ambiente, el buen gobierno. El aislado reino ha apostado por un aperturismo,
pero sigue firme en su voluntad de evitar el turismo masivo y preservar su
identidad en torno a las tradiciones de la etnia mayoritaria, la
"drukpa" (dragón), budista.
Esto dijo el rey de Butan a un experto que la ONU.
“En Butan la
mejor educación es la pública, pues sólo así podemos asegurar que tanto ricos
como pobres tengan igualdad de oportunidades. ¿Cómo esperar disminuir las
desigualdades y mejorar la movilidad social si solamente los ricos reciben la
mejor educación?”.
“¿Debiera de tener Butan medicina privada? Si la hubiera, habría
un inmediato éxodo de profesionales de la pública a la privada ¿quienes serían
los más perjudicados? Los más pobres. Por lo tanto no se autorizó la medicina
privada. Así ricos y pobres tienen los mismos derechos a gozar de una
salud digna y de calidad”.
En cuanto al desarrollo
económico, al comienzo quería
que Butan se pareciera a
Singapur. Luego, descubrió que Singapur, en medio de su riqueza, iba empeorando
en calidad de vida. Y comprendió que “no sólo el progreso material era lo que importaba”.
El experto chileno de
la ONU que le hizo al rey esta entrevista, Wenceslao Unaue, la cerraba con
estas palabras: “Llevo una semana en Butan, y nada me ha sorprendido más que la visión y
claridad de su rey sobre su país. Me mostró que las distancias entre Butan y
Chile son no sólo físicas. El Chile vivimos en otro planeta”.
Comparando Butan y Paraguay, desgraciadamente, vivimos en otra
galaxia.
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