Por segunda vez repito el título intensificando el contenido. Y
todo viene de lo que vi y escuché en la Plaza el 15 de agosto.
Ya es demasiado lo poco
que se ha hecho por el Pueblo
en este último año y demasiado lo mucho
que se ha respetado y privilegiado a ese 2% de privilegiados.
Los que tienen suben hacia arriba arrastrando a su entorno de
empleados y servidores.
La escasa clase media se va desmoronando y entrando su parte
baja en la pobreza. Y
la pobreza aumenta.
Paralelamente a eso lo que era el plageo ha pasado ya al deseo
firme de la acción eficaz.
Ya es demasiado lo que el Pueblo soporta y el poco horizonte que
se le presenta por delante para
que la expresión “No hay derecho” se vaya sustituyendo por “Esto tiene que
acabar”.
Acabar, pero ¿cómo?-
El 15 de
agosto vimos ya una realidad que, si crece, será la primera columna del cambio. Hubo una variedad
enorme de banderas de cada
grupo o partido, aquello era un colorido que llenaba el corazón de alegría al
ver la cantidad de personas diferentes.
Sin embargo entre todas ellas había una
unidad. Unidad de criterio principal: este año de gobierno no había sido
positivo. Coincidencia total.
Había una unida de organización. Concertada
antes y realizada después alegremente.
Había una unida de apoyo
a los objetivos concretos de las otras organizaciones sin perder cada una su
identidad ni ocultar para qué fin luchaba.
La lucha campesina, la defensa de los niños, las
reivindicaciones después de la masacre de Marina Kue, el anhelo de tierras de
los indígenas, el liderazgo de la mujer, los deseos de una universidad
verdaderamente democrática, la voluntad de los bañadenses de quedarse en los Bañados
exigiendo la titulación de la tierra y la defensa costera etc…todos eran
aceptados y coreadas sus consignas por todos.
Esta es la UNIDAD que queremos.
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