Vivimos con un Gobierno
que nos está llevando hacia donde no sabemos, y probablemente hacia lo que no queremos.
Ya son públicos dos de
estos destinos y como uno de los millares de ciudadanos que nos preocupan,
escribo estas líneas expresando nuestros temores, pidiendo ayuda y exigiendo
transparencia al Presidente impulsor de todo esto.
La APP, forzadamente
conseguida con dólares al Poder Legislativo, para ser manejada a discreción solamente del Ejecutivo es
el primero de estos destinos inciertos. Es una verdadera privatización de todo
lo valioso que tenemos, con obligaciones leoninas por parte de nuestro estado
en caso de riesgo. Privatizaciones de la que ya tenemos pruebas de su fracaso
en otras naciones hermanas.
APP de la que ya
corren rumores e indicios de estar siendo aplicada y,sobre ello, lo menos
que podemos exigir, y no se nos da, es una clara información de
su desarrollo. Sospechamos inclusive que nuestras luchas por una justicia
que no se cumple sobre la
masacre y otros temas que nos hemos tomado con tanto interés, están siendo
aprovechadas como causas distractoras para no ocuparnos lo suficiente sobre lo
que ya sucede con la APP.
El tema números dos es
el de la deuda externa que se incrementa desde aquellos quinientos millones de
dólares pedidos por Federico, de triste memoria, y de los que no sabemos su empleo y que con Cartes
sigue aumentando sin la transparencia necesaria.
Son dos caminos que
nos sabemos hasta donde nos conducirán, pero que tememos lo haga hacia donde no
queremos.
Vivir para tener que
pagar las multas de los riesgos que corran las empresas
privatizadoras o los intereses de deudas o bonos no pagados, sin que nunca se acaben ni
los bonos ni la deuda, es
una derrota histórica irreversible que no queremos ni para nosotros ni para nuestros hijos.
Y, luego, no valdrá la excusa presidencial de
haberse equivocado.
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