Vuelvo a repetir los deseos de los bañadenses para que se vaya
enterando la Municipalidad.
Cuando baje la inundación la inmensa mayoría queremos volver a
los Bañados. Es nuestro barrio. Lo hicimos nosotros rellenando las lagunas.
Allí nacieron nuestros
hijos. Son lugares muy buenos para encontrar trabajo por su cercanía al centro
de la ciudad.
Y, por supuesto que
queremos el progreso como todo ser humano sensato. Y, precisamente, por eso
exigimos dos condiciones.
La primera es la titularidad de la tierra indefinida y con
capacidad de ser heredada por nuestros hijos. Añadiendo que todos estos
trámites sean gratuitos. Es lo menos que podemos exigir quienes hemos
convertido esos yuyales en lugares habitables, a los que la Municipalidad
considera ya barrios de la ciudad, conservando los nombres que tenían.
Y si me preguntan por qué razón exigimos tanto, les digo que es
por equidad. Esa virtud tan desconocida, principal paso para una calidad de
vida y que consiste en dar preferencia a los que menos tienen.
La segunda condición que ponemos es que esta inundación que
estamos sufriendo tiene que ser la última que soportemos. Para lo cual hemos de
estar en el futuro defendidos del agua del río Paraguay. Y esta afirmación sí o
sí se tiene que cumplir.
Para evitar la próxima inundación hay varios métodos. El más
caro y eficaz es elevar el terreno todo de los Bañados seis metros. A esto se
le llama la Franja
Costera.
El más barato y rápido es la defensa costera con un talud de siete metros de
altura y catorce de base, dotada de compuertas y estaciones de bombeo. A esto
se le llama la
Defensa Costera.
Finalmente, queda el que, tal vez, sea el más interesante en
estos momentos. Se quiere hacer una Avenida Costanera de circunvalación.
Aprovecharnos de ella y
ponerla cerca del río, dotada de compuertas y estaciones de bombeo.
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