Llevo 18 años
trabajando de cerca en el Bañado Sur. He visto nacer el término bañadense y
llenarse de contenido.
Tras él en todos los
bañados abarca a más de
120.000 personas, casi 20.000 familias.
Y, en ellos una larga
lucha de expulsión, del campo a la ciudad y de la ciudad a los bañados.
También soy testigo de
su inmensa lucha por convertir,
sin ayudas de los gobiernos, a aquellos yuyales en barrios
habitables, hoy reconocidos como tales por la Municipalidad de Asunción.
En este ambiente duro,
sin trabajo, donde en verano falta el agua, contaminado por los traficantes de
droga o la brutalidad y corrupción de bastantes policías, han crecido
generaciones fuertes.
Les ha sucedido algo
similar a los chaqueños. La
naturaleza dura los ha ido formando.
El bañadense es
tranquilo, pero no domado. Y cuando se juega con él en cosas esenciales, ahora
en los referente a la tierra que hizo habitable con centenares de camionadas de escombros, él
salta con fuerza con ese dicho estos
días muy repetido “Ni un paso atrás”.
No le pidan al león
atado que sea como un gatito sonriente. Cuando lo crea necesario se defenderá a zarpazos.
Escribo esto a mis amigos periodistas que estos días
no han dicho siempre cosas
verdaderas sobre los bañadenses
Los bañados con sus
120.000 pobladores tienen que ser interpretados con respeto.
Porque demasiadas
veces en todas las elecciones llegan a nosotros, abusando de nuestra
pobreza, para vender los políticos sus votos. También ha habido organizaciones
que quisieron justificar sus presupuestos haciendo algunas cosas y luego se
marcharon. Y se nos han acercado
los exaltados de siempre
pensando sacar seguidores porque estábamos golpeados.
Los tres grupos se
engañaron, y al estar en contacto con los bañados nos hicieron mucho daño.
Lamentablemente, los
gobiernos nacionales o municipales
poco o nada nos han ayudado de verdad.
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