Es una frase que
cada día ante algunos hechos, escucho hablar con mayor frecuencia. Es un tema
que no cabe en un artículo. Por eso solamente voy a iniciar algunas ideas para
ponerlo ante la opinión publica y entre todos profundizar en el.
Comencemos hablando del garantismo penal y del eficientismo
penal.
El garantismo penal parte del supuesto de que el Estado tiende a ser violento en
sus imposiciones. Para defendernos de esTo existe la Constitución Nacional
y además, por ejemplo, el Código Procesal Penal. El garantismo nos da garantias
para el ejercicio de nuestros derechos y para esto dice, por ejemplo, lo que un juez puede o no puede
hacer.
Existe también una corriente de mano dura, de eficientismo que
aumenta la cárcel, el garroteo, el miedo, para evitar supuestos delitos.
Esta actitud se encuentra en muchos jueces y fiscales. Demandan
poderes más absolutos y miran en ocasiones a la ley como un impedimento para
una mayor eficiencia.
Un caso concreto: para un allanamiento tiene que haber una orden
judicial que debe de decir lo que se busca, a quien y a qué hora se va a entrar
en el domicilio. Sin embargo, muchas veces nada de eso se cumple con el
pretexto de una mayor eficiencia.
Otro caso es el de las frecuentes imputaciones de fiscales.
Hacen con ellas que personas de algunas organizaciones y que asistían a una
movilización ya no puedan ni pertenecer ni asistir a ellas.
O se convierte el
derecho a la circulación de los vehículos en algo absoluto. Olvidando que el derecho a la movilización
como protesta es mayor que
el derecho a la circulación en calles o rutas.
Con todo esto se va creando esa sensación de que el Estado al
frenar los DD.HH con el miedo, la cárcel o la golpiza impulsa un terrorismo
estatal.
Garantismo o eficientismo
penal. Pero,otro día seguiremos.
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