martes, 23 de septiembre de 2014

NUESTRA DEMOCRACIA, ¿CON BUENA SALUD?





Si Democracia es el gobierno del Pueblo, con el Pueblo y para el Pueblo, da la impresión que ahora andamos mal. El término  PUEBLO como ciudadanía organizada no es precisamente la opción del actual gobierno.
Un caso concreto de tipo económico.
Se habla de combatir la pobreza, pero se frena, se teme,  se estigmatiza, se reprime a los pobres organizados.
 Y la razón es muy sencilla. Los pobres organizados en su afán de una  vida con más justicia rompen los moldes gubernamentales de lucha contra la pobreza porque va a las causas de ella. Causas que muchas veces se originan en las mismas políticas públicas de las autoridades de ahora, que privilegian más los que más tienen.
Un caso concreto de tipo jurídico.
Entre el garanticismo que quiere defender a  los ciudadanos de los excesos del cumplimiento de las leyes y el eficientismo que valora más la eficacia sea como sea, la Justicia y el Ejecutivo han  optado por los resultados. Da  miedo ver las carátulas de las  acusaciones de  los fiscales. Puro eficientismo que se convierte en un terrorismo de estado. Eso no es Democracia.
Un caso de tipo social.
Samaniego empeñado a desalojar y deportar fuera de los bañados a todos los habitantes asuncenos que llevan una, dos o cuatro generaciones solamente por un negocio inmobiliario. 120.000 personas que son unas 20.000 familias. Todas son pueblo, ciudadanía organizada, pero no se les respeta. ¿Esto es democracia?
Cuando hemos celebrado el Día de la Juventud, este tema de la Democracia en el Paraguay es muy interesante para que todos, por supuesto con preferencia de jóvenes, nos reuniéramos para estudiarlo y  con el tomar el pulso a nuestra democracia.
¿Está enferma?  ¿De qué? ¿Se va deteriorando cada vez más con un autoritarismo creciente que puede llegar a terrorismo de estado?
O goza de buena salud y es una promesa esperanzadora para esa felicidad que queremos.

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