En este ambiente del Bicentenario estamos descubriendo situaciones que algunos titulan de coloniales y otros, más suavemente, de falta de democracia. Un ejemplo actual es cómo se sitúan ante los ciudadanos latino americanos los grandes Medios de Comunicación Social (radio, prensa, televisión, Internet, etc…). “Somos como una colonia de MCS extranjeros que nos dominan”. ¿Cómo?, pregunto cuando esto escucho. “Nos dominan informando lo que les conviene; hundiendo y desvalorizando a personas que son luchadores de nuestros Pueblos; destrozando nuestra identidad nacional, haciéndonos comer lo que es su negocio o contaminando nuestra cultura nacional hasta debilitarla”.
Las metrópolis de los MCS son verdaderos estados económicos, que cumplen unas leyes más estrictas en sus países de origen y otras muy laxas en las colonias. Estos “monarcas”, colectivos en forma de grandes empresas o de personas multimillonarias, tienen sus cipayos cónsules y gobernantes mediáticos en todas las naciones. Están vendidos a las metrópolis y gracias a ello son los que mejor viven en sus patrias. Y algo común: las metrópolis mediáticas: luchan contra los medios de comunicación del Pueblo (radios y televisiones comunitarias). Y por medio de políticos comprados y a su servicio, legislan para que vayan desapareciendo o tengan una potencia que nunca pueda competir con ellos. Lo mismo que hicieron franceses, ingleses, españoles y portugueses, en las colonias de hace cuatro siglos con los patriotas.
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