Nos quedan dos años hasta las elecciones del 2.013 y el dilema es fuerte. Recaudar para juntar mucha plata y comprar con ella los votos de los compatriotas con la consiguiente abusiva propaganda que convierten nuestras ciudades y pueblos en basurales de pintadas o poner sobre la mesa con valentía lo que necesita el Paraguay y uniendo fuerzas sacarlo adelante. Dilema que me parece capital para las personas que llevamos en el corazón y en la mente el Bien Común. Entre tanto, la mayoría golpeada de nuestro Pueblo olvidado de todos nos mira en silencio como preguntando que cuando nos vamos a decidir de una vez.
Lo de recaudar mucha plata, venga de donde sea, venga de arriba o de abajo, de la derecha o de la izquierda, me da asco. Pero ciertamente es lo que preocupa a muchos politiqueros que tienen el Poder o aspiran a tenerlo o ya o se alían con los que lo tienen para ordeñar la vaca del Estado. Y perdón, por lo de la vaca y el Estado, porque salvando las diferencias, son dos cosas que hay que respetar. Lo de crear a ese Paraguay posible y necesario, venga de donde venga, ciertamente da sentido a la vida. Y nos acerca a esos compatriotas que recordamos en el Bicentenario. ¿Cuál es mi respuesta a este dilema?.
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