Se acerca la Semana Santa y sería interesante que los que tenemos alguna responsabilidad pública dentro de la Iglesia revisáramos nuestros objetivos y el modo de realizarlos. Mi trabajo pastoral en el Bañado Sur está centrado en tres capillas que totalizan más de dos mil compatriotas de los más carenciados. Religiosamente sentimos que vivimos en una realidad en crisis global. Lo cual no nos asusta. Si no la experimentáramos, también en lo eclesial, significaría que somos un grupo alejado de la realidad. Nuestra comunidad católica no aspira a ser el único lugar de salvación religiosa y tampoco social. Si queremos ser, humildemente, un signo grande salvación. Que quien nos vea se de cuenta de que vale la pena luchar con esperanza por un Paraguay mejor siguiendo el ejemplo del Señor Jesús.
Por eso nuestro deseo es participar de todas las actividades religiosas, sociales, económicas políticas y culturales en un barrio empobrecido, sirviéndolas desde dentro. Queremos buscar con todos, creyentes o no, católicos o evangélicos, grandes o pequeños de todas las edades, una vida de calidad. No queriendo imponer nada, sino elegir lo mejor para recorrer el camino que sentimos como cristianos que Dios quiere para todos los humanos y que pasa por la felicidad llena de amor. ¿Logramos todo esto?. Creo que no. Pero, nuestra esperanza no decae. Todo esto depende de nuestro compromiso en la FE, pero también de Dios.
"Que todos sean uno, Padre, Como tú y yo somos uno". Le deseo, junto a toda su comunidad, una provechosa Semana Santa y una feliz Pascua.
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