ALGUIEN NOS ESTÁ DICIENDO ALGO

Desde hace años alguien nos está diciendo algo y no queremos escucharlo. Ese alguien no es una persona ni un grupo. Es más del 40% de la población. Es muchedumbre.

El “alguien” son los campesinos. Hombres y mujeres con muchos hijos. En un país grande y con poca población, están aislados geográficamente y en calidad de vida. Sobreviven en la carencia generalizada de lo esencial. Y, cuando no pueden más, se escapan a la Argentina o al Departamento Central.

Nos dicen que no están dispuestos a soportar más esta falta de equidad. De ellos se aprovechan los partidos y algunos de sus dirigentes. Empobrecidos y engañados ya no quieren aguantar más. Y toman las tierras.

Y no queremos escucharlos. Si no invadieran estancias, ni saldrían en los noticieros. Privilegiamos sobre ellos a los sojeros, nacionales o extranjeros. Y como los campesinos molestan, los criminalizamos. Les enviamos fiscales, jueces, policías y ejército y leyes de fumigación. No les ofrecemos planes de cultivos, técnicos, mercados, caminos todo el año, capacitación, futuro.

La Reforma Agraria es urgente y necesaria. Nos guste a los urbanos o no. Accedan los que van a tener que desalambrar sus latifundios o no. Quieran ciertos caciques campesinos o no.

Porque todos vamos en el mismo barco y en el llevamos una bomba de tiempo que, si no se desactiva, nos va hundir a todos.