miércoles, 2 de septiembre de 2009

PONGÁMOSLE FECHA DE CADUCIDAD

Hay muchas cosas en la vida que ya tienen fecha de caducidad. Tal vez, ignoremos el tiempo exacto. Pero que un día van a desaparecer, van a desaparecer.

Pero, ¿será fácil lograrlo?.

Por ejemplo, en el caso de la impunidad. A esta todavía pareciera que no podremos ponerle fecha de caducidad porque es demasiado grande y depende d e muchas variantes.

Hablemos de sus variantes. Existe impunidad porque el estado de derecho casi no existe en nuestro país. Porque hay jueces vendidos, fiscales coimeros y Corte Suprema partidarizada. También, por supuesto, en la orilla de enfrente. Muchos ciudadanos poderosos en plata o política no están dispuestos a ser honrados pero sí a parecerlo comprando la justicia. ¿Le podremos poner ya fecha de caducidad a todo esto?. Me parece que no, porque ya está tan incrustado en nuestras vidas que es parte d e nuestra cultura. ¿Entonces?.

Dice un dicho “ Un día quise cambiar a mis vecinos, y fracasé, cambiar a mi familia, y fracasé. Entonces, me esforcé a cambiarme a mí mismo. Fueron años difíciles, pero lo conseguí. Desde entonces logré que mi familia cambiara. Luego, también mis vecinos”.

Me parece que la primera fecha de caducidad que tenemos que poner es a nuestra mala conducta personal. Con ella estamos destrozando nuestros mayores sueños de cambios sociales en el Paìs.

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